Platero es pequeño, peludo, suave; tan blando por fuera, que se diría todo de algodón, que no lleva huesos...
Para empezar bien el
año, Conchita nos ha leído el lunes el inicio tan bonito de la obra de Juan
Ramón Jiménez, Platero y yo. Además nos habló del autor, de su vida, con sus
logros y sus dificultades. Ganó el Premio Nobel de Literatura en 1956 pero
también sufrió más de un episodio de depresión en su vida.
A todos nos gustó la
imagen del burro que inspira este texto, tan amorosa. Nos hizo recordar nuestras
variadas experiencias con burros, que no fueron siempre tan poéticas, para
decir la verdad... Nos acordamos de su gran utilidad y de su frecuente
presencia en muchos ámbitos de la vida en el pasado. En todo caso son buenos los
recuerdos que guardamos de los burros.
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